Alfredo Abián, director adjunto de La Vanguardia, en la revista de la FAPE:
En España se ha consolidado en los últimos años la figura del periodista planetario. Se trata de un remedo de informador universal que se siente capaz de opinar de forma concluyente sobre los entresijos del Pentágono, la cotización del barril Brent, los signos de puntuación que incluye el último proyecto de Estatut o el marasmo negociador para abrir un proceso de paz que acabe con ETA. (...) Pero el problema no es tanto ser generalista, variedad imprescindible en cualquier medio de comunicación, como que se imponga la creencia de que aquí, cualquiera sirve para todo.
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