Hoy se publica en el diario Información un reportaje de Juanjo Payá sobre la Ley de Economía Sostenible, "Contra los cortes en Internet", con la opinión de varios blogueros entre los que me encuentro.
Dejo ahora, tras pedir permiso a Juanjo, las respuestas completas para añadir mayor contexto a las seleccionadas para el reportaje:
Dejo ahora, tras pedir permiso a Juanjo, las respuestas completas para añadir mayor contexto a las seleccionadas para el reportaje:
1) ¿Quién se beneficia con todo esto? Parece que nadie está del todo satisfecho con este anteproyecto de ley, porque la comunidad de internautas lo considera una violación de los derechos fundamentales y, por su parte, la industria cultural pide más ya que todo esto es “insuficiente”. ¿Quiere controlar de alguna forma el Gobierno el mercado de Internet?
El beneficio sería para organismos de las industrias culturales, que tendrían una renovada esfera de poder. El problema es que leyes como ésta, al amparo de proteger a los creadores profesionales, olvidan que Internet ha puesto de manifiesto que todos podemos ser creadores y difundir nuestro trabajo sin intermediarios. La protección de los creadores profesionales no puede ser a costa de limitar derechos fundamentales de los creadores amateurs.
No creo que el Gobierno tenga una opinión formada acerca de sus políticas con y para Internet. Parece más bien que se ha dejado llevar demasiado por la presión de algunos lobbys industriales y culturales. El Gobierno se ha dado cuenta de que los cambios tecnológicos implican cambios legislativos, pero no sería bueno que éstos se hicieran al dictado de partes interesadas, deberían hacerse pensando en el interés general y el bien común.
Por eso un anteproyecto de ley que debería ser fruto de un profundo y pausado debate, con todos los agentes implicados, está naciendo más bien con falta de transparencia y unos límites peligrosamente fronterizos con derechos fundamentales como la libertad de expresión.
2) ¿Creéis que el Gobierno va a dar marcha atrás, o bien va a ser imposible por la presión de la industria cultural? ¿Hasta qué punto el manifiesto “En defensa de los derechos fundamentales de Internet” será tomado en consideración por el Gobierno?
Aún estamos en una fase preliminar y el Gobierno tiene margen para un giro de cintura y lograr a última hora una ley equidistante con los derechos de todos. Pero el debate principal no es la capacidad del Gobierno para rectificar, sino si será capaz de abstraerse de las presiones para crear una regulación innovadora, acorde a las nuevas realidades del consumo de contenidos y que proteja a los creadores en la Red, provengan éstos de donde provengan.
Me preocupa la falta de autocrítica del Gobierno, pero también el hecho de que estemos abrazando con tanto entusiasmo el Manifiesto, muy útil como pedagogía de inicio y declaración de intenciones pero insuficiente para llegar a un debate profundo. A veces la velocidad de Internet nos deslumbra tanto que la adhesión no deja tiempo para la reflexión.
3) ¿Es la marca “creative commons” una alternativa a toda esta problemática?
Las licencias copyleft se adaptan mejor a la velocidad y el trabajo cooperativo que caracteriza a Internet, son mucho más ágiles y flexibles que el tradicional copyright porque parten del permiso y no de una prohibición de antemano. Pero lógicamente cada autor es libre de poner las condiciones de uso que quiera sobre sus contenidos. El copyleft no nació para eliminar el copyright, sino para aumentar las posibilidades de difusión y promover formas de colaboración que las viejas licencias no permiten.
El problema es que parece que estemos hablando sólo de cómo proteger a los profesionales del uso fraudulento de sus obras, pero si no tenemos claro cómo manejar la propiedad intelectual en la Red, todos seremos perjudicados. Los creadores eventuales también sufrirán abusos por parte de profesionales si no hay una regulación clara y eficaz.
Un ejemplo claro es el típico programa de televisión que aprovecha vídeos de aficionados y sólo cita como fuente “Youtube”, cuando éste no es más que el canal, y por tanto se está utilizando una obra ajena sin dar ningún tipo de crédito a los autores del vídeo. Esto lo vemos a diario en cualquier cadena.
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un abrazo!